Un hombre de 65 años que
participaba en la Entrada fue golpeado por un caballo que se salió del flanco a
la altura de la tribuna de la calle Colón
Sólo los taurinos se creen aquello
de que no hay quinto malo. No digo que la Entrada de hoy, la quinta, haya sido
mala porque en mi opinión, al menos desde que las conozco y las sigo – hace más
de una década – me dejo llevar por otro tópico para mí más verosímil: hay
Entradas buenas y menos buenas. Y la de hoy… La de hoy ha transcurrido con
total desaliño, sosona, apática, sin transmitir y muy muy estirada porque los caballistas, sobre
todo los de delante, no han mandado y no han sabido imponer el ritmo a la
manada y los de atrás parecía que iban de procesión sin apretar para reunir… ¿y
qué les voy a decir de los flancos?, pasando apuros, pero ya se sabe que el fin
de semana es de los de a pie y desde Los Mesones a los corrales no cabe un
alfiler y todos quieren lucirse en los abanicos exponiéndose más al paso de las
cabalgaduras y poniendo a examen la destreza de los jinetes.
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| La peña La Pellorfa en la Entrada de hoy / f:Vicdente Palomar |
Al igual que el martes, los
toros negros de Germán Vidal han traído mal fario, y un espectador de los de a
pie, ha sido golpeado, no por los toros, eso no debe de ocurrir nunca en una
Entrada salvo que dejen sueltos a los astados, sino por un caballo que se ha
salido un poco por el flanco izquierdo que custodiaba, a la altura de la
tribuna de la calle Colón. Resultado: fractura abierta de tibia que requiere
intervención quirúrgica.
No busquen culpables, los de
a pie no son espectadores sino participantes como dice el reglamento y están a
lo que están y para lo que están. A los caballistas les duele más que a nadie
estos incidentes, pero así son las Entradas segorbinas.
Es mejor atribuir estos y
otros males –como por ejemplo los problemas que hemos tenido hoy en la
retransmisión de Radio Escavia- al mal fario, se trata de otro tópico pero la
estadística le da más probabilidad que al que mencionábamos al principio de
este artículo. RV.
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